Hoy presentamos una iniciativa diseñada para acompañar a las organizaciones que quieren dar ese paso con claridad, responsabilidad y propósito: una ruta de inclusión laboral orientada específicamente a personas con discapacidad cognitiva, construida en alianza con fundaciones expertas y enfocada en resultados reales para las empresas y para el talento.
¿Cómo podemos transformar una obligación en una oportunidad para liderar con propósito?
Cumplir una ley es necesario; crear oportunidades reales es transformador. La inclusión no solo abre puertas para quienes históricamente han enfrentado barreras: abre también nuevas maneras de trabajar, relacionarnos, innovar y construir culturas más empáticas, diversas y orgullosas de lo que son.
En Sibyl desarrollamos un modelo que ayuda a las organizaciones a implementar la reforma de manera sostenible, ordenada y profundamente humana. Esta ruta aborda todas las dimensiones necesarias para que la inclusión sea exitosa desde el primer día:
1. Diagnóstico y alineación estratégica
Entendemos la operación, los roles, la cultura y el propósito del negocio para diseñar una ruta que realmente funcione para la organización.
2. Sensibilización y cultura Inclusiva
Preparamos a los equipos para vivir la diversidad como parte del ADN de la empresa, fortaleciendo empatía, colaboración y orgullo de pertenencia.
3. Vinculación del talento
Articulamos alianzas con fundaciones especializadas que permiten identificar, evaluar y presentar candidatos idóneos según las necesidades de cada área.
4. Mentoría y acompañamiento
Acompañamos la adaptación, el bienestar y el desarrollo tanto del nuevo colaborador como de los equipos que compartirán espacios con él.
5. Seguimiento y consolidación del modelo
Medimos, ajustamos y fortalecemos para asegurar un proceso sostenible que madure con el tiempo.
Cada fase está pensada para que la inclusión sea una experiencia positiva para todos los actores y para que las empresas puedan construir un modelo replicable y escalable.
Nuestro compromiso es claro: crear modelos de inclusión laboral que sean sostenibles, productivos y profundamente humanos, capaces de convertirse en referencia para el sector empresarial y en ejemplo de cómo la diversidad fortalece la cultura y la competitividad.
La ley establece el marco, pero el cambio real nace cuando las compañías deciden liderar desde el propósito y no solo desde la obligación.